30 PELICULAS

Cuando la colega y directora Ana Piterbarg (Todos tenemos un plan) me invitó al muy popular jueguito de los posteos cinematográficos en facebook, se me ocurrió agregar algún comentario a las imágenes. Mi idea era transmitir mi entusiasmo por películas no muy conocidas, o que hubieran pasado abajo del radar para el publico que no fuera demasiado cinéfilo. A lo mejor alguien no las había visto, y la cuarentena era una buena oportunidad para hacerlo. También hay algunas famosas, como “Martahon Man”, “Estados alterados”, o "Doble de cuerpo" que decidí incluir porque me pareció que había pasado un buen tiempo de su estreno. No son críticas, sino meras reseñas. A veces incluyo algún comentario sobre guion o puesta en escena que me haya llamado la atención. Fueron una por día durante un mes, y me sirvió para mitigar un poco la ansiedad del encierro.


1 As boas maeiras / Los buenos modales (2017, Marco Dutra, Juliana Rojas)


Película de licántropos (en este caso sería un niño lobo) que tuve la dicha de ver en el BAFICI 2018, dónde también compitió "Amor Urgente". Dominio preciso de la narrativa, inventiva visual, buen gusto, y una secuencia musical que, en mi imaginación, la emparenta con “La noche del cazador”, otra de mis favoritas. 

2. Intacto (2001, Juan Carlos Fresnadillo)


Hace veinte años era muy difícil encontrar una buena película de habla hispana que explorara otro género que no fuera el realismo costumbrista o en el (peor) de los casos el realismo mágico. Ver en su momento esta película me pareció un milagro: una premisa muy original, tratada con una narración austera y elegante, y una actuación icónica de Max Von Sydow. Hasta el afiche es bueno, (aunque los ojos vendados nos traen un sabor amargo en Argentina). Las guardas a los costados me recuerdan a las tapas de Sandman de Dave Mckean.

3. Seconds (1966, John Frankenheimer)


Con una premisa que parece salida de una pesadilla neurótica de Charlie Kauffman después de una noche de borrachera y secuencia de títulos de Saúl Bass, esta película está buenísima y sigue siendo perturbadora 54 años después de su realización, (y vista en medio de una pandemia). 

4. Magical Girl (2014, Carlos Vermut)

En una entrevista con Página 12 del 2019, Carlos Vermut (seudónimo para Carlos Lopez del Rey, director de esta película), comenta sobre su método de trabajo: “Cuando estoy escribiendo suelo tener muy presente la estructura que va a tener la película, pero las ideas pueden transformarse. Creo que tiene que ver con que intento que la película esté viva. De pronto, si estoy escribiendo una película de fantasmas y siento que existe una posibilidad de derivarla a un tono melodramático o abordar un tema transversal, aprovecho la oportunidad. Siento que eso puede desnudar un poco más, y de manera más sutil, el tema principal. Es una cuestión de intuición, de lo que voy sintiendo en cada momento”. Si hubiese leído esto antes de ver “Magical Girl”, hubiera fruncido el ceño, pero el hombre habla en serio y su talento deriva en una película atrapante, inesperada y asfixiante, que durante más de dos horas nunca pierde el pulso narrativo.  

Aquí la entrevista completa, publicada en ocasión del estreno de "¿Quién te cantará?" película que le siguió a Magical Girl.


5. 71 (2014, Yann Demange)


Película ambientada en Irlanda durante el conflicto entre católicos y protestantes, no se me ocurre mucho para decir, salvo que es austera y contundente como una trompada y que vale la pena verla.

6. The chaser (2008, Hong-Jin Na)


Las otras dos películas de este director coreano (The Wailing, 2016 / The Yellow sea, 2010) son muy buenas, pero con este thriller impresionante la descose. Para el momento en que termina uno se queda frente a la pantalla con cara de lelo sin saber bien qué pasó. Los norteamericanos preparaban una remake con Di Caprio, pero aparentemente dieron marcha atrás. Se habrán dado cuenta de que iban a pasar vergüenza.

7. Días de Ira (1943, Carl Tehodor Dreyer)


Hace poco volví a ver esta película intentando entender por qué me había gustado tanto la primera vez. Como es una obra de arte, no encontré mucha más explicación que la del poder evocativo de sus imágenes. En cuanto a lo narrativo, creo que Dreyer, al incluir algunos cambios de punto de vista en la historia, genera una ambigüedad que eleva a el asunto de un mero drama de época (o melodrama) hacia algo intangible, humano y al mismo tiempo espiritual. Ahí otro de los secretos de su impacto.

8. Dos días, una noche (2014, Jean Pierre Dardenne, Luc Dardenne)


Para mi gusto la mejor película de los hermanos Dardenne, lo cual es mucho decir. Una vez Adrián Caetano dijo sobre el cine argentino post 90´s: “Jim Jarmusch le hizo mucho mal al cine nacional”. Creo que algo parecido sucedió con estos Belgas a partir del 2000.

9. Estados Alterados (1980, Ken Russell)


Una vez mi padre comentó que la parte científica/fáctica detrás del argumento de esta película era una pavada y, guiado por esa idea, durante años me abstuve de verla. Grave error. Una película visualmente tremenda y con un verosímil que, para mi gusto, funciona sin problemas dentro de su propia lógica.

10. Marathon Man (1978, John Schlesinger)



Esta película basada en una novela y guion del genial William Goldman, está llena de escenas memorables, la más conocida es la del dentista nazi que interroga a Dustin Hoffman (Is it safe?), pero no la única. El momento en que el protagonista lleva a su novia a cenar y el espía interpretado por Roy Schneider interroga a la rubia y le hace pisar el palito. Los amigos latinos que terminan ayudando a Dustin a escapar del psicópata (magistral Lawrence Olivier), los flashes en blanco y negro del maratonista negro, una especie de metáfora para el protagonista, el deambular del nazi en pleno barrio judío en Manhattan y el posterior reconocimiento por una de sus víctimas. Ahora que lo pienso es el tipo de película que hace que uno quiera escribir un guion, un libro, o lo que sea con la esperanza de generar momentos así de buenos.

11 - Donnie Darko (2001, Richard Kelly)


Esta increíble y original película de ¿Terror, fantasía, ciencia ficción, drama adolescente?, para mí inauguró el revival de los 80´s, incluyendo una selección genial de temas de Echo & the Bunnymen, The Church, Tears for Fears. Por la manera de usar la música uno entiende que no se trata de un gesto posmoderno, sino la devoción real del director por esas canciones. También abundan otras citas (“IT” de S. King, cuando les chiques de Stranger Things todavía no habían nacido). Las buenas noticias son que Donnie Darko no intenta imitar una de terror de esa época, ni aspira a la sonrisa cómplice del cuarentón que acaba de darse cuenta que la vida se le acorta. Al contrario, construye una historia con sus propias estética, leyes y lógica interna. “Encontré a mi director favorito”, pensé después de verla, pero acto seguido tropezó olímpicamente con “Southland Tales”, una superproducción abucheada en Cannes. Su, hasta ahora, última película, se llama “The box”, y para mi gusto es bastante buena, ¡Tus fans te seguimos poniendo fichas, Richard!.

12 - I heart Huckabees (2004, David O. Russell)


Esta película no la veo desde que la alquilé en el videoclub “El osito yogui”, hace quince años. El video era propiedad de una señora rubia con sobrepeso y renga de una pierna, que lo mismo podría haber atendido una agencia de quiniela o una casa de cotillón. Así y todo, le ponía garra al asunto y recomendaba películas. Una vez le pregunté si tenía “Las alas del deseo”, que precisaba para un trabajo en la facultad, y me respondió que no, pero que estaba “Un vampiro suelto en Brooklyn” con Eddie Murphy. “Huckabees” la vi tres veces y planeo volver a verla en breve. Una comedia mezcla de absurdo y existencialismo, completamente alejada de los clichés de la comedia romántica; muy original y muy divertida.

13. El ídolo caído (1948, Carol Reed)


Hermosísima película con guion de Graham Greene que, partiendo de una anécdota aparentemente simple y con unos pocos personajes, logra plantear decisiones morales complejas y retratar de manera inteligente la infancia y la pérdida de la inocencia. Estos dilemas a los que se enfrentan los personajes, creo que también están en “El americano impasible” y “El fin del romance”, otras dos buenas películas basadas en novelas de Greene, pero no podría asegurarlo porque soy demasiado vago y nunca pude terminar uno de sus libros. En todo caso, lograr ese nivel de complejidad en la dramaturgia de una película, me parece una rareza. 

14. El conocimiento carnal (1971, Mike Nichols)


De adolescente me impactó esta película por el tratamiento de la sexualidad y la manera de contar la historia de dos amigos y sus respectivos fracasos amorosos a lo largo del tiempo. Volví a verla hace unos años con la testosterona (un poco) más tranquila y me siguió gustando. Qué buenas películas se hacían en los setentas. El director hizo unas cuantas estimables, empezando por “El graduado” y terminando por “Closer” del 2004, que tiene varios puntos de contacto con esta.

15. La isla mínima (2014, Alberto Rodríguez)


Impresionante policial español ambientado en las postrimerías del franquismo. Dos policías acuden a un pueblo aislado para investigar el asesinato de unas adolescentes y el asunto se desarrolla con un clima y un pulso narrativo envidiables. No tengo nada más para decir sobre este film, pero quería usar la palabra “postrimerías”.

16. Los fantasmas del sombrerero (1982, Claude Chabrol)


Chabrol adapta a Simenon, ¿qué podía salir mal? Nada. Una película tan lograda que mientras escribo esto me dan ganas de volver a verla. Está difícil de encontrar en la nube. A lo mejor se consigue en alguna de esas plataformas de streaming de cine de “qualité”.  En su momento la alquilé en “Liberarte”, video club de la calle corrientes donde te atendían a desgano, las películas se veían como el ojete, pero era el único lugar a dónde se podían conseguir algunas cosas. Charles Aznavour, un sastre de un pueblito en el interior de Francia sospecha que su respetable vecino, un sombrerero que vive al otro lado de la calle, es un asesino y entre los dos se establece un duelo silencioso que va escalando a lo largo de la historia. La novela de Simenon también es excelente.

17. Vals con el Bashir (2008, Ari Folman)


Película documental israelí hecha con animación sobre la guerra del Líbano, tema sobre el que no voy a abundar dada su complejidad y mi ignorancia. Me animo a decir que la excusa argumental es la pérdida de memoria de un ex combatiente (Ari Folman, el director) que en 1982 participó en ese conflicto. El camino a recordar lo sucedido deviene en una especie de “mea culpa” para nada simplista y con algunas de las mejores secuencias de animación que vi en mi vida. Es una película impresionante, para quién tenga la oportunidad de verla. No apta para extremistas que al escuchar “Israel” y “Medio Oriente” salten automáticamente a la yugular.

18. Sexy beast (2000, Jonathan Glazer)


Un ex mafioso lleva una vida apacible en una casa en la costa mediterránea junto a su mujer (una antigua estrella porno), y unos amigos. Todo es pileta, cerveza y charlas tranquilas bajo el sol hasta que su antiguo jefe llega con un pedido. Alquilé esta película en el "osito yogui" y la miré sin ninguna expectativa, pero a medida que pasaban los minutos, la certeza de que lo que estaba viendo era una genialidad me fue ganando. Cuando terminó, la rebobiné y volví a mirarla con un cuaderno y birome en mano haciendo una especie de escaleta (división en escenas) para ver cómo estaba construida. No creo que me haya servido de mucho; en todo caso me pareció que, como las mejores historias, era simple y al mismo tiempo compleja en los personajes, y que no le sobraba ni le faltaba nada. Ben Kingsley compone a un psicópata inolvidable y no lo digo por decir, porque después de casi veinte años todavía recuerdo su voz en la escena en que intenta convencer a Ray Winstone, (otro genio) de volver al ruedo.

19. Caché (2005, Michael Haneke)


Para mí la mejor película de Haneke. No voy a intentar un análisis profundo porque no soy crítico de cine y sólo me interesa compartir mi entusiasmo por algunas películas. Me animo a decir que si el subtexto político funciona (una crítica a la burguesía francesa, supongo, y a las bases de sangre en dónde está asentada) es porque en primer lugar funciona como thriller y relato de suspenso. O, dicho de otra manera, un ejemplo de cómo “el tema” de la película no está puesto al frente y va colándose de manera subrepticia bajo la piel del que mira. Un equilibrio que no creo para nada fácil de lograr.

20. Near Dark (1987, Kathryn Bigelow)


Hasta donde sé no hay muchas películas de terror o de acción dirigidas por mujeres, y menos en el mainstream. No será por falta de talento, sino por la inequidad de oportunidades. Kathryn Bigelow dirige con mano férrea y una narrativa super ajustada, atributos que por alguna razón se suelen asociar a lo masculino. Su película más famosa es aquella de los surfers ladrones de bancos con Keanu Reeves, pero pienso que esta de vampiros es igual de buena. Me llama la atención que haya quedado relegada a película de culto, porque tenía todos los condimentos para ser un clásico del género, y de hecho para mí lo es.

21. Incendies (2010, Denis Villeneuve)


Una película con ecos de tragedia griega. Estaba tentado a escribir “una película perfecta”, pero no estaba seguro de que fuese un elogio: empecé a pensar que había algo para señalar al respecto,  que a lo mejor el exceso de cálculo y planificación hacía que fuese demasiado fría y cerrada en sí misma, como un diamante que se mira a la distancia. Después lo pensé mejor y me pareció que con esa reflexión me estaba adentrando en el terreno de la estupidez. Una película perfecta, entonces, que puso a Villeneuve en la mira de los grandes estudios para convertirlo en uno de los mejores directores “mainstream” de la actualidad, una zona en la que parece moverse con comodidad, con algunos resultados mejores que otros.

22. Once (2007, John Carney)


Hermosa película sobre un músico callejero que, en el intento de grabar un demo y abrirse paso en su profesión, conoce a una inmigrante checa que toca el piano y de la que se enamora. Las canciones son bellísimas, y fueron compuestas por Glen Hansard y Marketa Irglová; pareja protagonista y músicos en la vida real. Unos años más tarde el director hizo otra película muy parecida con una mujer como protagonista. Hay gran presupuesto y casting, pero a diferencia de la original los intérpretes ya no son músicos, sino actores profesionales, lo que vuelve a todo el asunto innecesario y falso como billete de tres pesos.

23. Ginger Snaps (2000, John Fawcett)

 
Para un amante del cine de terror encontrar una buena película del género es como para un buscador de oro encontrar una pepita enterrada en el barro. Entre miles de bodrios abominables, cada tanto asoma algo que vale la pena. Son momentos de felicidad que duran hasta que el ciclo se renueva y uno sale en búsqueda de la próxima revelación. Desde la secuencia de créditos de esta película es evidente que la cosa pinta bien. La historia va de dos hermanas adolescentes, una retraída y otra extrovertida, muy unidas hasta que una de ellas es mordida por un hombre lobo. Alguien dijo que, en la mayoría de las historias, siempre hay una relación central entre dos personajes. No sé si es verdad, pero en este caso el vínculo entre las chicas y su sexualidad incipiente, es el que da sustento y peso dramático a la película. Es la segunda de “licántropos” que pongo en esta lista y me di cuenta de que hay unos cuantos buenos ejemplos del género. A la ya mencionada “As boinas maneiras”; le agrego “Aullidos” de Joe Dante, con el guión del genial John Sayles, y “Un hombre lobo americano en Londres”, de John Landis. Al igual que “Ginger…”, son películas que comparten un tono lúdico sin por eso desdeñar la necesidad de generar miedo, confusión en la que caen demasiadas propuestas del estilo. 

24. The Grey  (2011, Joe Carnahan)


En los últimos años Liam Neeson se hizo conocido por esas películas en las que debe rescatar a su hija de un grupo de árabes malvados y en el medio termina cagando a tiros a medio mundo. A diferencia de esa saga en cuestión, esta historia minimalista de supervivencia, vale la pena. La excusa argumental es un avión que cae en medio de la nieve, y el asunto se desarrolla con la simplicidad y tensión de un cuento de Jack London. La pongo en la lista porque me encantan las películas de supervivencia y porque realmente es muy buena.

25. Sin Retorno (2010, Miguel Cohan)


Evité incluir películas argentinas en el listado, no por falta de ejemplos, sino porque entre mis contactos de Facebook (que fue dónde publiqué originalmente esto) abundaban los colegas de cine y no quería hacer alusiones ni referencias. Hice una salvedad con esta película, porque se me ocurrió que me servía para señalar algo que me interesaba como guionista, y he aquí el comentario:

"Hace ya casi tres décadas que el cine argentino comenzó a renovarse. (no voy a intentar hacer un repaso: hay demasiadas películas que no vi, cada una con su estilo como para tratar de sacar una conclusión de algún tipo). En cualquier caso, creo que una de las características de esa renovación, a esta altura ya algo lejana, fue la salida de cierto acartonamiento; de los diálogos declamatorios en favor de un realismo más puro; y a la renuncia a bajar una línea directa. Menciono esta entre muchas variables que se dieron y que, ojalá, se sigan dando de acá en adelante. Y si bien son todas cosas positivas, para mi gusto siguió habiendo un apego demasiado cercano a lo “real” a la referencialidad directa, como si estuviese prohibido jugar con las estructuras temporales, por poner un ejemplo, o los cambios de punto de vista, y otras variables narrativas. De ninguna manera pretendo generalizar, porque por suerte hubo una variedad enorme de propuestas (muchas de las cuales, lamentablemente, terminaron y terminan cayendo en el olvido por falta de canales de distribución) Sea como fuere: cuando hace unos años, un domingo a la tarde fui a ver “Sin retorno” al cine Gaumont, sentí que por fin estaba ante algo que rompía con esa lógica, y que estaba viendo una película que, no por tratar un tema de corte social, renunciaba a jugar con los elementos a su disposición y a un manejo narrativo inteligente y atractivo. Y digo atractivo a consciencia, porque, en definitiva, en cualquier historia que desarrolle un conflicto dramático, también se trata de seducir, algo que muchas películas parecen olvidar. No es que “Sin retorno” sea el ejemplo único en el cine argentino, pero lo recuerdo como uno de los más  logrados. Otras pelis argentinas que de alguna manera rompen con esa tendencia y que están entre mis favoritas de los últimos años son “Aballay”, “Todos tenemos un plan”, “El Aura”, “Infancia clandestina”, por mencionar las primeras que me vienen a la cabeza. 

26. Después de la boda (2006, Sussane Bier)


Esta película la vi hace ya algunos años. No me atrevo a hacer un análisis, pero recuerdo algunas escenas muy descarnadas, con actores impresionantes, y cierta complejidad en los personajes y sus relaciones. La directora, Susanne Bier, había filmado una película anterior “Corazones abiertos”, que también me había gustado mucho. Le siguió una producción con una “Major”, a partir de lo cual su carrera comenzó a zigzaguear, como suele suceder en el complicado mundo del cine. Ojalá pueda concretar otra obra tan contundente y hermosa como esta.

27. El libro de piedra / Veneno para hadas (1969, 1984, Carlos Enrique Taboada)

No esperaba mucho de estas películas de terror mexicanas, pero me sorprendieron en su elegancia y solidez formal. Aunque entre las dos hay unos cuantos años de diferencia, en ambas se evidencian decisiones estilísticas de un director en pleno control de su oficio. El ocultamiento de la cara de los adultos en “Veneno para las hadas”, o la escena casi hitchcockeana en que la institutriz rescata a la nena de la iglesia abandonada en “El libro de piedra”, me parecen dos buenos ejemplos. Ambas historias tienen niñas como protagonistas y comparten una clara influencia de “Otra vuelta de tuerca”, sin por eso tratarse de imitaciones. Otra película excelente con la que les encuentro fuertes vínculos es “The other” (1972), de Robert Mulligan, joyita sobre la que pensaba publicar un post, pero que me ahorro al incluirla en este combo. Para indagar un poco más en Carlos Enrique Taboada, el director, recomiendo estos artículos de la revista “cinefagia”. 

http://www.revistacinefagia.com/?s=taboada

28. En un lugar solitario (1950, Nicholas Ray)


Peliculón de Nicholas Ray. Un guionista inestable (Humbrey Bogart) es acusado de asesinato al mismo tiempo que se enamora de su vecina. La relación parece ayudarlo a recomponer su carrera, pero el conflicto entre su temperamento irascible y las exigencias sociales a las que debe responder, terminan por entramparlo en una contradicción de la que no puede escapar. No soy un gran fan de los policiales negros clásicos: los diálogos supuestamente filosos y estudiados después de un rato me terminan hartando, al igual que las mujeres fatales y los hombres duros bebedores de bourbon. En este caso, aunque se suele etiquetar la película como “film noir”, la trama policial está reducida al mínimo y puesta en función del drama del protagonista. Parece ser que a Bogart la película no le agradaba porque el personaje se acercaba demasiado a su manera de ser en la vida real. 

29. Náufrago en la luna (2009, Hae Jun-Lee)


Un hombre endeudado y sin trabajo decide tirarse desde arriba de un puente hacia el río. En lugar de morir termina naufragando en una isla desierta que resulta ser una especie de basural a pocos metros de la ciudad. Algo así como Robinson Crusoe en la reserva ecológica. Esta mixtura de película de supervivencia, comedia, drama y romance, demuestra que el talento de los coreanos no se limita a Boon Joon-Ho ni a los thrillers que te dejan con las pelotas en la garganta. Al igual que las películas del director de “Parasite” comparte una visión escéptica del capitalismo moderno, y lo que al principio parece un pastiche termina emocionando de una manera extraña y profunda.

30. Doble de Cuerpo (1984, Brian de Palma)


Pensaba publicar solo películas que no fueran muy famosas, pero me ganó el fanatismo. Mezcla por partes iguales de "Vértigo" y "La ventana Indiscreta" este derroche de cine confirma que es posible hacer una carrera por devoción a un director. Hace poco vi la última de Brian: incluso a los ochenta años, sigue intentando filmar la escena Hitchockeana perfecta, como una especie de científico loco en búsqueda de la fórmula de la inmortalidad. “Doble de cuerpo” para mi gusto es su mejor película y la debo haber visto diez veces: la primera en una reposición que hicieron en el desaparecido cine de la Hebraica, en la calle Sarmiento y la última en un televisor de 24 pulgadas en un departamento con olor a marihuana en dónde vivía un amigo que seguramente prefiere no ser etiquetado. Siempre me llamó la atención el afiche estilo “berreta porno soft”, que no le hace justicia a la película.






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