Subtexto



En mis diferentes intentos de escritura hay algunas cosas de las que me avivé bastante tarde: una de ellas es que los personajes no deben hablar como libros abiertos y enunciar de manera directa sus intenciones. O al menos, no todo el tiempo. ¿Pero cómo vamos a conseguir escribir una escena dramática entre dos o más personajes, si estos no pueden "decir" lo que quieren? Una de las respuestas está en el subtexto.

Muchas veces es un término que se usa para referirse a algo profundo, a lo que yace detrás de la superficie: lo que verdaderamente importa sería lo que está oculto en la escena. Para evitar confusiones, prefiero quitar todo sentido valorativo a la palabra. Es decir; con “subtexto” no quiero implicar que “lo que no se dice es más importante que lo que se dice”, ni sugerir que, en una escena en la que se habla de pedir helado en realidad están hablando de la futilidad de las ambiciones humanas. Me limito a la acepción a secas: el subtexto como algo que no se enuncia de manera directa, pero que está presente en la escena. 

Puede que lo que se esté ocultando sea una pavada, y lo que se está diciendo más importante. Un personaje está anunciando que sufre una enfermedad terminal, pero, por sus gestos y acciones, en realidad nos damos cuenta de que tiene ganas de ir al baño. No importa: consideramos ese ejemplo como el de una escena con subtexto. 

Despejada esta confusión (o que al menos para mí fue una confusión) ofrezco algunos ejemplos. 

 
Una pareja a una semana de casarse: la novia está entusiasmada, pero él tiene dudas. 

Escena sin subtexto: 

Ella: Hola mi amor, no sábes lo entusiasmada que estoy con que nos casemos. 
El: Ah… 
Ella: ¿Qué te pasa?, ¿por qué pones esa cara?
El: Nada, es que yo…. La verdad, es que tengo algo que decirte. Tengo dudas, Daniela. 

Ensayo una posible escena con subtexto:

Ella: Hola, mi amor, acabo de ir a la mueblería, estuve viendo unas cortinas que van a quedar geniales en el living. Son un poco caras, pero no te preocupes, la saco yo con la tarjeta en cuotas. 
(El asiente, sin mirarla a los ojos. Ella no registra, se acerca y lo besa). 
Ella: ¿Le avisaste ya a tus tíos?
El: Llamé, pero están en Mar del Plata, vuelven el lunes. 
Ella: Bueno, apurate que tenemos que cerrar la lista esta semana. 
El (sonríe): Sí. 
Ella (mira la hora): Me voy corriendo, me esperan para almorzar. (Lo besa) te amo. 
El: Yo también. 
(Mientras él la mira alejarse, su sonrisa se convierte en un gesto de preocupación). 

Ejemplo 2: Esto se me ocurrió viendo una película que se llama “El amor está en el aire”, aunque la escena no existe en la película real. 


Un hombre y una mujer se encuentran arriba de un avión. No se ven desde hace años. En algún momento fueron pareja, pero la cosa no funcionó. Ella está embarazada. Al enterarse, el hombre se lleva una sorpresa: la noticia es todo un golpe, porque aún sigue enamorado de ella.

Escena sin subtexto

Ella: Tengo que contarte algo…
El: ¿Qué pasa? 
Ella: Estoy embarazada. 
El: ¿En serio? 
Ella: Si, ¿por qué? 
El: Es que… no lo puedo creer. 
(Ella lo mira intrigada). 
El: Yo también te tengo que contarte algo. Te va a parecer una locura, porque hace años que no nos vemos, pero en realidad, sigo enamorado de vos. 

Posible reescritura con subtexto.  

(Ella hace un gesto de incomodidad y se coloca un almohadón entre el asiento y su cintura). 
El: ¿Te sentís mal?. 
Ella: No, no… es por la panza. 
(El asiente, se queda un segundo extrañado, luego vuele a mirarla. Ella le devuelve la mirada y le sonríe).
El: No sabía nada…  (con pesar) felicitaciones ¿Y desde hace cuánto?. 
Ella: Cuatro meses. (se incorpora). Disculpame, voy a estirar un poco las piernas. 
(Él se queda a solas y en shock, sopesando la noticia). 

Llegado este punto, hay algo que me parece importante aclarar: Al sentarse a escribir una escena no hay que plantearse “voy a escribir con subtexto”, porque lo que importa siempre es el objetivo de la escena: lo que les pasa a los personajes; hacia a dónde se dirigen, y cómo encaja eso en la totalidad de la historia. Creo que es preferible escribir una escena obvia y sin subtexto en dónde esté clara la situación dramática, a un intento de realizar una escena con subtexto, en dónde no se comprenda bien lo que está sucediendo. 

Dicho de otra manera: una vez que uno tiene claras las intenciones de los personajes, siempre va a haber posibilidades de reescribir la escena para hacerla menos obvia. No importa que no salga en el primer intento y de hecho es difícil que lo haga (por lo menos a mí no me sale: siempre en la primera versión los personajes están hablando de más, o haciendo cosas innecesarias). Pero por suerte es algo que se puede subsanar con la corrección, a medida que uno va puliendo y sacando todo lo que se puede sacar. 

El segundo ejemplo de la pareja en el avión se relaciona con mi entrada anterior sobre la necesidad de integrar elementos visuales y acciones para completar el sentido de los diálogos, y es que son temas que están entrelazados. Para lograr el subtexto uno echa mano a todos los elementos visuales que están jugando en la escena y  a las acciones de los personajes.
   


 

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