CENSOR

 


La protagonista de esta película es una mujer que trabaja como censora de largometrajes en la Inglaterra tatcheriana. Aunque tiene un buen comienzo y un clima inquietante, para mi gusto la peli nunca logra remontar vuelo. Lo que “falla”, se me ocurre, es lo mismo que en otras propuestas del estilo. Cierto patrón narrativo. Un esquema común a muchas historias y que se podría resumir en lo siguiente. 

Un protagonista, en apariencia normal, arrastra un trauma pasado. En un determinado momento, el sujeto en cuestión comienza a dudar de sus percepciones y se va volviendo cada vez más loco. El crescendo culmina cuando el desdichado de turno (en este caso desdichada), asesina a uno o varios personajes y termina muerto, o víctima de algún otro destino funesto. 

Hay muchos ejemplos de films similares, pero menciono los primeros que se me vienen a la cabeza: Repulsión y El inquilino de Roman Polanski, Jacob Ladder, de Adrian Lyne, Saint Maude de Rose Glass. 

El asunto, llegado un momento, creo que es siempre el mismo: cuando uno tiene la certeza de que el protagonista está percibiendo la realidad de manera distorsionada, lo que viene después, ya no importa demasiado: por terrible que sea lo que ocurra, sabemos que es imaginación del personaje. Esto genera, me parece, dos problemas: 1) un distanciamiento con el protagonista 2) cierto automatismo, porque sabemos que la cosa irá de mal en peor y que las “visiones” del sujeto se agravarán y lo llevaran a cometer actos cada vez más terribles. La película se convierte entonces, en el mejor de los casos, en una especie de narración "observacional de personaje" (por tomar un concepto asociado al documental) y casi siempre en detrimento del suspenso y de la mecánica del thriller. 

Hay, por supuesto, obras muy estimables adentro de esta tradición, (las mencionadas de Polanski que por entonces navegaba en aguas más o menos inexploradas) pero en muchos casos me parece que se termina perdiendo la tensión narrativa. Yendo un poco más lejos, creo que a veces, también opera cierta pereza. Es como si los realizadores dijesen, consciente o inconscientemente, “No importa demasiado lo que ocurra, porque igual es imaginación del protagonista”. Esto tendría un atractivo adicional desde el punto de vista visual en el sentido que permitiría filmar escenas raras, ocurrentes, o surrealistas sin necesidad de mayor justificación narrativa. Es decir, es una buena excusa para que un director “visualmente creativo” (Dios nos libre, como si la inventiva visual pudiese estar disociada de aquello que se cuenta) se zambullera de lleno.

Un ejemplo contrario

No creo que mucha gente que lea este blog desconozca esta película, así que espero no spoilear demasiado si digo que en “El club de la pelea” el protagonista interpretado por Edward Norton está imaginando a su antagonista, interpretado por Brad Pitt. Como sabemos, esto se revela recién al final de la historia, con lo cual, hasta ese momento, nosotros siempre creemos que las percepciones del protagonista son reales y que su enfrentamiento con Tyler Durden también lo es. ¿Qué interés podría haber tenido la historia si, a poco de arrancada la película hubiésemos comenzado a sospechar de las percepciones de Edward Norton, o si directamente se nos hubiese revelado la verdad? A lo mejor subsistiría cierta tensión en ver al protagonista volverse cada vez más loco y en documentar su proceso de decadencia, (como decía, el tipo de interés de estas películas “observacionales de personaje”, disfrazadas de películas de género), pero lo dudo. El suspenso en la película de David Fincher no está de ninguna manera sostenido en esa descripción, sino en ver cómo el protagonista se adentra en el inframundo de Tyler, además, por supuesto de muchas reflexiones sobre la sociedad de consumo, la masculinidad en crisis de fin se siglo, etc, etc, pero tomo sólo lo que tiene que ver con lo narrativo y con la construcción de la película. Y es que El club de la pelea tiene un armado complejo y se nota que se han roto bastante el traste en la escritura del guion. 

En síntesis: no creo que narrar un “descenso en los infiernos de la locura” sea necesariamente aburrido, y me parece perfectamente válido como excusa para una película. El problema, quizás, es cuando se nota que detrás  de este estilo “observacional de personaje”, hay cierta pereza y falta de imaginación, empaquetada en presentación de película de género.   


Comentarios

  1. Tu analisis me trajo a la memoria "Crudo" (Grave) de J. Ducournau. Creo que es mas una estructura como el segundo caso que contas aunque lo mas potente de la película sean otras cosas que no el guión. La viste?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabés que no me acordaba si la había visto hasta que puse el trailer en IMDB y me di cuenta de que sí. Tendría que volver a verla, pero hasta donde me acuerdo es totalmente como decís, o sea, lo que intenté describir en la entrada: la mecánica del personaje que se va hundiendo de a poco, en dónde uno ya sabe a dónde va la historia y solo basta ver cómo llega a ese lugar. Siempre, o casi siempre, manteniendo en el punto de vista de la protagonista, y con un estilo medio austero, tipo documental... igual puedo equivocarme por que la vi hace unos años. Gracias por el comentario! abrazo

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

REMORAS

Escritura literaria y escritura de guion 2